El médico a palos y El enfermo imaginario de Molière son unas de las primeras lecturas y de las que guarda un especial cariño María. Contó una anécdota que nos pareció a todos maravillosa. Cuando tenía diez años, ella y sus hermanos cogían los numerosos libros de teatro que tenía en la estantería de su casa y se repartían los papeles de los personajes. Su madre se moría de la risa, con la interpretación. Y ella lo recuerda como si fuera un juego. Otras de las lecturas que destacó fue: El príncipito de Antoine de Saint-Exupéry; Madame Bovary de Gustav Flaubert; Ana Karenina de León Tolstói; Crimen y Castigo de Fiódor Dostoyevki.
Y la poesía de Rosalía de Castro, se identifica en cómo lo cuenta y en lo que cuenta.
OJO leyó y terminó Ulises de James Joyce.
María también tengo buen recuerdo de cuando fui a ver con mi madre El enfermo imaginario en el teatro Prendes, y me reí un montón sobre todo al principio, ya lo contaré. De los clásicos que nombras me falta por leer Ana Karenina y Crimen y Castigo, que los leeré cuando este mentalmente preparada. Si yo hubiera leído Ulises, no dudes que me haría una camiseta con el lema “Yo también leí Ulises en una tarde”.
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